IES Julián Marias, mi referente
Para los que no conozcan este centro (supongo que la gran mayoría), se trata de un instituto público, de barrio y bastante grande. Y desde la objetividad, un muy buen centro, con excelentes profesores que conseguían extraordinarios resultados. .
No obstante, en este punto me toca analizarlo desde el punto de vista contrario. No como alumna, sino como profesora. Y qué mejor forma de hacerlo que analizar su funcionamiento. Para ello me he centrado en su reglamento de régimen interno.
No me ha extrañado mucho que los profesores sean el primer punto. Al fin y al cabo, son los que, con más probabilidad, muestran interés por este documento. Un par de responsabilidades no me han terminado de agradar, pero supongo que es lo habitual.
En el caso de las normas aplicadas a los alumnos, el reglamento comienza enumerando sus derechos y objetivos. Toda una declaración de valores: primero van los derechos y objetivos de la formación, luego las obligaciones, y por último, la disciplina. En cuando a los derechos de los alumnos son los que cabría esperar. Comienza enumerando la Constitución Española (fuente que protege estos derechos) para continuar con los deberes de estudiar y esforzarse para conseguir el máximo rendimiento académico. En definitiva, los derechos lógicos que cabría esperar de un centro público.
También destaco positivamente el amplio procedimiento para evitar el acoso escolar y favorecer la mediación.
Y aunque hay algunas normas de disciplina con las que no estoy del todo de acuerdo (por ejemplo, no cambios de clase, no comida ni bebida en las aulas...), entiendo que son para asegurar una buena convivencia y que por tanto son necesarias.
Intuyo pues que este centro no es el que yo deje. Que ha cambiado mucho. Aun así, es y seguirá siendo mi referente de educación secundaria.
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