La escuela como instrumento de mediación

Durante una reflexión en grupo nos hemos enfrentado a la pregunta de si las familias deberían estar más presentes en la escuela. Concretamente nuestra argumentación vino bajo la premisa:

“FAMILIAS MÁS PRESENTES en la escuela: la familia y la escuela no pueden ir separadas. Los dos son pilares fundamentales para la educación de los niños. Se debería de involucrar más a las familias en el entorno escolar”

La principal y obvia conclusión a la que hemos llegado es sí, por supuesto. Aunque también se puntualizó que la educación no es solo trabajo ni de la escuela ni de la familia, sino de toda la sociedad. Por lo que, un sistema educativo inclusivo que cuente con la participación de familias y diversos profesionales podrá nutrirse de un amplio conocimiento.

La comunicación escuela-familia es además crucial para poder detectar e intentar buscar solución a los problemas a los que los adolescentes se enfrentan más rápidamente. Trastornos personales o el acoso pueden ser fácilmente identificados si existe un feedback continuo.

También se debatió sobre el papel del docente como mediador. Una función importantísima para el desarrollo personal de los alumnos y que no está reconocida. Finalmente se concluyó que los buenos profesores son aquellos que además de enseñar con pasión, muestran interés por sus alumnos. Este último razonamiento nos llevó a la pregunta de si los docentes formados en humanidades pueden sentir más empatía y conectar mejor con sus alumnos que un profesor de ciencias. Aunque es una cuestión difícil de responder, en la que además habría que tener en cuenta muchos más factores, puede que la dinámica de una clase de humanidades permita al profesor tener una relación más estrecha con sus alumnos. Mientras que en una clase de matemáticas o física el alumno podríamos decir que se enfrenta a una serie de rompecabezas que lo abstraen de la realidad, en una clase de filosofía se requieren razonamientos más personales que los pueden llevar a conectar sus problemas con las clases.

En definitiva, cualquier colaboración de la escuela con familias enriquecerá a ambos pilares de la educación.